Esta es la segunda entrega de esta saga de la familia más prestigiosa del Renacimiento, ubicándose históricamente a mediados del siglo XIV.
En este libro, Matteo Strukul enfoca su atención al gran Lorenzo de Médici, apodado como “El Magnífico” y de cómo debe llevar las riendas de Florencia tras la muerte de su padre Piero de Médici. Lorenzo será reconocido por convertirse en un hábil político, en un personaje amado y respetado por el pueblo, por ser un apasionado y mecena de las artes y su fomento dentro de la sociedad.
Siendo Lorenzo “El Magnífico” el eje de esta novela, éste presenta primero a su lado a amante, Lucrecia Donati, quien también es aceptada por el pueblo a pesar de no ser la esposa oficial de Lorenzo, sino Clarice Orsini, y segundo a Leonardo DaVinci, quien encarna el amor de Lorenzo por las artes, éste se convertirá en un gran y cercano amigo.
Lorenzo, Lucrecia y Leonardo representarán el triángulo casi central de la narración de esta segunda entrega y los sucesos que constantemente irán apareciendo, servirán para comprobar la verdadera lealtad entre ellos.
Por otra parte, está Laura Ricci, quien nos dejó una página a medio leer al final del primer libro de Los Médici. Ella será quien envenene la mente de su hijo Ludovico Ricci para que, junto a Girolamo Riario, conspiren en contra de los Médici, en especial en contra del propio Lorenzo.
Una novela realmente atrapante, donde la historia, el romance, la amistad, la lealtad, la conspiración y las intrigas confabulan para mostrarnos esta apasionante novela, la cual recomiendo.