"Si lo sé, no vengo", o lo que es lo mismo, si llego a saber que esta novela no es más que una excusa para alargar innecesariamente la historia, no la leo. O al menos me ahorro 600 páginas y me leo sólo el final, que es lo único que se necesita para saber que ¡sorpresa! la historia no acaba. Normal que no pusieran sinopsis en la contraportada. No quieren que los lectores se enteren de que les van a marear un ratito para dejarles igual que al final de la segunda novela. En caso de que haya una cuarta parte, que al paso que vamos seguro que la habrá, creo firmemente que esta tercera novela es prescindible en la trama, más allá de disfrutar de la escritura de este autor, que ya es bastante.

Mantiene la intriga hasta el final. Incluso después de haber acabado. Tiene pinta de que habrá más y eso no sé si es bueno o malo.

La narrativa de Gómez Jurado es buena, de eso no hay duda, pero esta vez hay ciertos excesos que rayan en lo truculento como sobrevivir a un accidente aéreo, exhumar tumbas, peleas insólitas (entre otros) qué, lamentablemente desde mi perspectiva, no llevan finalmente a nada sino a torcer muchas cosas para extender innecesariamente esta trama.

Como pide su autor no voy a desvelar nada del libro, si diré que lo he devorado en cuatro días. Engancha.