El libro como los otros está muy bien engancha y se lee rápido. El único pero es el enésimo happy end de un amor imposible, previsible desde el minuto uno.
hace 1 mesEl broche de oro a la espléndida saga medieval de Daniel Wolf, el maestro alemán del género histórico que ha cautivado a 1.000.000 de lectores en todo el mundo. Una magnífica novela que nos ilumina una época oscura, recreando con pasión y detalle los escenarios sociales y políticos de la época, y nos ofrece una trama trepidante marcada por la dignidad, el amor y la lucha por la vida. Un joven y valiente cirujano se enfrenta a una oscura epidemia al tiempo que combate otra plaga invisible provocada por los prejuicios y la injusticia. Ducado de Lorena, 1346. Adrien Fleury siempre soñó con ser médico, pero ni en sus peores pesadillas pudo anticipar que, cuando lo consiguiera, debería combatir la plaga más letal que la región había conocido hasta el momento. Su valerosa defensa de la ciencia y su ardiente amor por Léa, una inteligente joven judía, le valdrán el odio eterno de los poderosos e intransigentes, quienes buscan siempre un chivo expiatorio para ocultar sus propias miserias. Con su inmenso talento narrativo, Daniel Wolf nos lleva a un siglo que empezaba a dejar atrás el oscurantismo medieval y nos regala una historia fascinante donde brillan el amor por la ciencia y la defensa de la verdad.
El libro como los otros está muy bien engancha y se lee rápido. El único pero es el enésimo happy end de un amor imposible, previsible desde el minuto uno.
hace 1 mesUltima novela de la saga histórica de los Fleury, de momento van cuatro y esta última conserva la fuerza de la primera obra de este autor. Se lee con avidez y nos muestra descarnadamente los estragos de la peste en el siglo XIV, la escasa formación de los galenos y la despiadada persecución de los judíos, chivos expiatorios de todos los males de la cristiandad. Una sola nota negativa, al final del libro (estamos en el siglo catorce) hay una errata en la siguiente línea: - Que se vayan a donde crecen los pimientos — gruñó César.
hace 3 años