Este libro narra de una manera muy sutil el punto de vista de un niño, que a diferencia de los adultos influenciados por los prejuicios de la época, "explora" (guiño) los hechos de forma objetiva e inocente, muchas veces con conclusiones totalmente absurdas pero en las que se camufla y se deja entrever una verdad muy cruel. Este libro hay que leerlo teniendo en cuenta que son los pensamientos de un niño, el lector se encarga de "traducir" todo esto con la realidad que ya sabemos, puesto que el niño no te va a ser capaz de detallar una escena violenta. El final me parece muy bueno, ya que si conoces por encima los métodos que utilizaban los nazis con tan sólo los hechos que te dejan caer muy sutilmente, ya te imaginas la escena completa sin que te la tenga que contar, tan sólo con los pensamientos inocentes del niño. Un final emocionalmente escalofriante.
hace 8 años