Es una fábula, un delicioso cuento corto que se lee en poco tiempo. Con el estilo propio de Saramago: escritura en bloque, sin párrafos, y los diálogos integrados, y esa forma suya tan personal de contar historias. El cuento está lleno de simbolismos, la isla puede ser que seamos cada uno de nosotros. Cada cuál podrá dar su interpretación de la lectura, sacar sus propias conclusiones y aprender algo de sí mismo. Muy recomendable.
hace 2 años