LA CONJURA DE LOS NECIOS

LA CONJURA DE LOS NECIOS TOOLE, JOHN KENNEDY

Portada de LA CONJURA DE LOS NECIOS
Nota media 7,48 Muy bueno 1.541 votos 123 críticas

Resumen

En este libro todo es extraordinario, empezando por su historia. Escrito a principios de los años 60, el autor no pudo conseguir que se editara; creyéndose un escritor frustrado se suicidó en 1969, a los 32 años. Su madre siguió intentando infatigablemente su publicación, lo que no consiguió hasta 1980 (cuando ella tenía 79 años), gracias al apoyo del gran novelista Walker Percy, y tan sólo en una editorial universitaria de Louisiana, cosa en principio muy poco prometedora para una consagración literaria. Y, sin embargo, el libro alcanzó en pocos meses un éxito inmenso, coronado en 1981 con el premio Pulitzer y con la crítica más entusiasta y unánime aparecida en muchos años. Su autor ha sido comparado a Cervantes, Fielding, Swift, Rabelais, Dickens...Resulta imposible resumir la trama picaresca y siempre sorprendente de esta obra, ambientada en Nueva Orleans y sus bajos fondos. Su figura central es uno de los personajes más memorables de la literatura norteamericana: Ignatius Reilly –una mezcla de Oliver Hardy delirante, Don Quijote adiposo y Tomás de Aquino perverso, reunidos en una persona–, que vive a los 30 años con su estrafalaria madre, ocupado en escribir una extensa y demoledora denuncia contra nuestro siglo, tan carente de «teología y geometría» como de «decencia y buen gusto»; un alegato desquiciado contra una sociedad desquiciada. Por una inesperada necesidad de dinero, se ve «catapultado en la fiebre de la existencia contemporánea» embarcándose en empleos y empresas de lo más disparatado. Los personajes secundarios son tan exóticos (y neuróticos) como los de una película de los Marx Brothers: Darlene la stripteaseuse de la cacatúa; Burma Jones, el quisquilloso portero negro del cabaret Noche de Alegría, regentado por la rapaz Lana Lee, quien completa sus ingresos como modelo de fotos porno;el patrullero Mancuso, el policía más incompetente de la ciudad; Myrna Minkoff, la estudiante contestataria, amiga de Ignatius; Dorian Greene, un líder de la comunidad gay; la desternillante octogenaria Miss Trixie, siempre enfurecida porque no le dan la jubilación... y tantos otros personajes inolvidables.

122 Críticas de los lectores

Maravillosa obra con la que te ríes y acabas amando a cada uno de los personajes. El personaje de Ignatius es sencillamente brillante tan odioso y pedante que acabas cogiéndole cariño, un Don Quijote por las calles de Nueva Orleans viviendo mil y una aventuras. ¡FANTÁSTICO!

hace 3 años

Comencé a leer el libro con ganas viendo sus buenas críticas. A medida que pasaban las hojas no me lo podía creer: no me estaba gustando en absoluto. Pensé que era problema mío, que no está hecha la miel para la boca del asno, pero veo que a otras muchas personas también les ha parecido un soberano co**zo. No entiendo cómo puede tener una calificación tan alta y tanta fama. Ni quijote moderno ni leches; más bien es un Torrente repetitivo, loco y sin gracia.

hace 8 años

No creí que fuera posible reírse tanto con un libro. Me he reído horrores. Maravilloso. Ignatius Reilly es uno de los mejores personajes que nos ha dado la Literatura. Sin duda, lo pongo entre mis libros favoritos.

hace 3 años

Libro sobrevalorado hasta decir basta. Protagonista lamentable y trama.. ¿que trama?. De lo peor que he leído con muuuuuucha diferencia.

hace 12 años

Estamos ante una novela que se sitúa en los extremos, algunas personas la perciben una recomendable lectura, inteligente y repleta de humor y otras simplemente la aborrecen porque encuentran que no tiene ninguna gracia e incluso que carece completamente de sentido. Es importante comenzar por este matiz la reseña, porque solo así se puede explicar la apasionante historia detrás de este libro. El autor, John Kennedy Toole, escribió la novela y la estuvo presentando durante años en diferentes editoriales buscando que alguien la publicase. Ante las continuas negativas y siendo incapaz de aceptar que a nadie le gustase su obra, y por lo tanto que no fuese a ser publicada, acabó por suicidarse. Años después su madre encontró el manuscrito de la novela y retomó la labor de buscar editorial para la misma, tarea ante la cual también se encontró con un absoluto rechazo por parte de todas las editoriales. Entre los múltiples intentos que hizo para verla publicada, uno fue solicitar reiterativamente a un reconocido escritor de la época que leyese la novela, con escaso éxito inicial, pero ante su enorme insistencia, el escritor acabó aceptando, leyó la novela y le gustó tanto que la presentó en su editorial y él sí consiguió la que publicasen. Al final, John Kennedy Toole recibió el Premio Pulitzer a título póstumo por esta obra. Una historia así solo puede ser explicada por lo que decíamos al principio de la reseña, no es una obra para todos los lectores, a unos los enamora y a otros los deja indiferentes o incluso los desagrada. Evidentemente, yo pertenezco al primer grupo. En mi opinión es una lectura divertida, con un humor inteligente y sarcástico que atrapa pronto al lector. Ignatius J. Reilly, el protagonista de la novela, es el típico antihéroe, al que personalmente no he podido evitar la tentación de imaginar similar a Torrente (Santiago Segura) mientras leía el libro. En ciertas partes de la lectura el humor alcanza a ser tan mordaz que se llega incluso a la carcajada, como cuando encabeza las cartas con "Estimado Sr. Abelman, caballero mongoloide". Insistiendo en que no es un libro para todo tipo de lectores, desde mi opinión personal, lo recomiendo encarecidamente. A mí me ha encantado tanto la novela en sí, como la historia real que la envuelve.

hace 4 años

Al igual que otras obras notables que han cuestionado el stablishment y la realidad sociocultural de su época, La conjura de los necios trasciende respecto de un determinado momento histórico y se convierte en esa suerte de novelas que son válidas para cualquier tiempo, que continúan siendo novedad a pesar de ser clásicos. Porque el contenido es aplicable a nuestra época. Aunque hayan pasado la friolera de 60 años, la sociedad contemporánea continúa siendo la misma: aún señalamos con el dedo al raro, al excéntrico que no casa con un determinado patrón, que va a contracorriente de lo que se ve como aceptado socialmente. Ignatius no es otro que Don Quijote, Nietzsche o Harry Haller, incomprendidos en un contexto históricocultural debido a sus posicines desafiantes respecto con el medio en el que les tocó desarrollarse. Uno, criticando la novela y el gremio de las caballerías; los otros, cuestionando los ideales y la moral burguesa. A mi juicio, la literatura debe ser, ante todo, un medio de protesta social, una herramienta para cambiar la realidad. Evidentemente, parece ser que se está muy lejos de ello -sobre todo por haber perdido la literatura la fuerza que gozaba en otros tiempos, al ser sustituida por otras formas de entretenimiento-. Cualquier libro que tenga la pretensión de tamaña empresa es un ejercicio colectivo muy positivo pues, por un momento, miramos y contemplamos desde una distancia lo que nos acontece cada día en nuestras narices. Aun así, La conjura de los necios me ha parecido una lectura de la que me esperaba más de lo que es realmente. Presenta pasajes aburridos, en mi opinión. Eso sí, Ignatius es uno de los mejores personajes de ficción con los que me he topado en mi senda literaria. .

hace 9 años

No es infrecuente que las novelas de tintes cómicos se centren en hacer reír al lector a expensas de descuidar la trama. No es el caso, sin embargo, de La conjura de los necios. A diferencia de otras, esta es una novela cuyo argumento no es en absoluto simple, pues de un punto común nacen varias tramas secundarias, que se irán desarrollando paralelamente a las aventuras de Ignatius, ese protagonista inaguantable, embrollador y victimista con el que por razones desconocidas uno acaba empatizando. Tramas secundarias, decíamos antes del inciso, que acaban uniéndose en un desenlace digno de una gran novela. Y es que, aunque con la intención de hacer reír, la de Toole es una gran novela; no solo por su estructura, también por sus personajes (no solo Ignatius). Personajes secundarios pero memorables, muy diferentes entre sí pero divertidos todos ellos, y que constituyen otro de los motivos por los que esta novela aventaja a otras obras cómicas. Es por eso, tal y como se pone en relieve en el prólogo escrito por Walter Percy, que no estamos ante una mera comedia. Sería más justo definirla como una gran novela en clave de humor y un trasfondo difícil de definir, pero que emociona tanto como novelas más solemnes. En efecto, desconozco el qué, pero hay algo que convierte en indispensable esta novela tan original. Seguramente cada uno encuentre sus propios motivos.

hace 7 años

Delirante. Una genial locura narrada de una manera inteligente. Odiaras y amarás a Ignatius. Yo lo votaría como presidente. Un perfecto homenaje a la decencia, la geometría y la teología. Tendrán noticias de mis abogados.

hace 9 años

Un libro que no considero imprescindible de leer. Se hace un poco pesado y a pesar de ser divertido a ratos, el humor está muy anticuado. Lo más divertido la trama de la Cruzada por la Dignidad Mora. El personaje Iganatius es muy original y patético.

hace 7 años

De los mejores libros que he leido en la vida. Uno de los pocos que he releido varias veces. Inolvidable Ignatius.

hace 7 años

Este es el libro de Ignatius Reilly. Le pertenece porque así lo quiso su autor. Este es el protagonista, y habría que decir que uno de los personajes más apasionantes y adictivos de la literatura norteamericana. Sí, se le ha comparado con Don Quijote con algo de sobrepeso y también se podría relacionar su pantagruélico ser con el del tonto ilustrado o el intelectual inútil. La cosa es que no podemos dejar de maravillarnos por la psique de esta figura tan colosal como ridícula. Difícil aguantar la risa ante su desprecio contra un mundo que ve repleto de seres moralmente abyectos que asedian su modo de vida y su apatía física (no así intelectual) con tonterías intelectualmente bajunas y arrastradas. Dan ganas de darle de hostias, desde luego, y a veces incluso sentimos compasión por él. Pero estos momentos de debilidad son rápidamente sofocados por la risa o la rabia cuando nos lo encontramos altivo en su montaña de excremento incorpóreo. Es sin duda un personaje totalmente físico. Se diría que lo podemos oler. Como también al resto del elenco. Jones el negrata, el patrullero Mancuso, el heredero de Levy Pants y su mujer... Simplemente fantásticos. John Kennedy Toole murió antes de ver publicada esta obra. Se suicidó cuando tenía 31 años. Puede que eso explique en cierta forma el estilo de este humor. No es comedia barata ni ligera. Tampoco arranca carcajadas (bueno, depende de a quién). Es una risa fugaz y que siempre arrastra un algo oscuro, un pesimismo latente. Incluso el final se deja llevar por esta escala de grises. Myrna Minkoff e Ignatius se fugan. Escapan de los necios que los rodean. ¿O son ellos dos los que han organizado todo como un complot contra la sociedad?

hace 10 años

Sobrevalorado. Me decepcionó.

hace 8 años

Juas, Juas... Con esto lo digo todo.

hace 9 años

Gran libro. La pregunta es: ¿cuánto de Toole quedó escrito en la figura de Ignatius? Lástima se nos fue tan joven, hubiera estado bien leer sus gaseosas andanzas con Myrna en NY. Muy recomendable.

hace 12 años

Completamente de acuerdo con Guilerr66. El libro me aburrió un montón y no he cogido más asco a un personaje en toda mi vida. Las andanzas de Ignatius no me producían ningún interés sino hastío y repelús. Una decepción continúa

hace 14 años

Divertidísimo. NO he leído un libro así en mi vida. Imprescindible para cualquier lector que se precie.

hace 14 años

Es curioso, o este libro te encanta, como a mí, o ni lo terminas... según los comentarios con amigos y conocidos, me parece interesante y divertido que mueva tanto, para bien o para mal... en mi caso, tenía que parar de leer porque literalmente reía a carcajadas, y pasó con la misma nota, un 10, la segunda lectura que hice al cabo de años (lo leí por primera vez a los 21 años).

hace 2 años

Mi comentario, más que crítica, de esta novela es que después de terminar de leerla estoy de acuerdo con otras opiniones de lectores de que se trata de una obra que o bien te enamora, por considerarla una obra genial, o bien te desagrada, por considerarla extraña, sin sentido y con situaciones absurdas. Yo tengo un termómetro que me dice si después de leer una obra me incluyo en el primero o en el segundo grupo de lectores, y es si me ha costado terminar su lectura. En este caso así ha ocurrido, he tenido que hacer un verdadero esfuerzo para acabar la lectura e intentar conocer a Ignatius, principal personaje del libro. En definitiva que ha sido una decepción no poder haber compartido las experiencias tan positivas de otros lectores con la lectura de esta obra tan especial, tanto por su contenido, como por la historia que hay detrás de su publicación.

hace 3 años

Coincido con la gran cantidad de lectores decepcionados. Demasiado larga, con páginas y páginas que no aportan nada. Remonta al final, en el desenlace, pero no compensa. Evidentemente el humor es algo muy personal, de otra manera no podría entender que alguien se ría de los personajes y las situaciones narradas con muy poca gracia. Se basa en el absurdo, pero resulta demasiado previsible a partir del primer capítulo y exagerado casi siempre. No se me hace difícil entender el rechazo de los editores, lo que me resulta extraño es el éxito póstumo.

hace 8 años

No entiendo porque este libro está tan valorado. A mi me pareció de los peores que he leído. Un rollo sin sentido de un personaje que no tiene ni pies ni cabeza y que siempre está en situaciones absurdas y sin sentido. Un pufo.

hace 14 años