Después de haber leído más de una decena de libros de Amélie Nothomb, esta autora suele ser una apuesta segura para mí; no son obras maestras, pero me gusta su temática original y estilo ligero y desenfadado. Y así ha sido, una vez más, con “El crimen del conde Neville”, donde la autora hace un pequeño homenaje al cuento de Oscar Wilde “El crimen de Lord Arthur Savile” —en el que el mencionado lord, después de recibir una premonición, está empeñado en cometer un crimen—, que cita en la historia. En este caso, el conde Neville, que pronto va a dar la última gran fiesta en los jardines de su castillo de Pluvier, recibe la profecía de una vidente con preocupación.
A modo de fábula moderna, esta novela breve —de un centenar de páginas— incluye personajes excéntricos, diálogos ingeniosos, una sutil crítica a la alta sociedad belga, reflexiones interesantes, mucho humor negro e ironía, y algún giro inesperado. Entretenida y una delicia de leer.