Como dice Strongman, una historia para pasar el rato, entretenida, sin más. Yo también lo usé como desconexión de otras lecturas con un contenido más duro. A ratos tiene unas salidas divertidas, irónicas, sobre lo que la vida residencial en los Estados Unidos, tantas obligaciones respecto a la vida en comunidad, que es dificil saltarse las costumbres establecidas, marcadas por lo sociedad en general, pero también, por el barrio en el que se vive, la religión...
hace 14 años