De Landero decía Aramburu que le gustaría leer hasta su lista de la compra. Coincido totalmente con él. Como en otros libros de Landero, no hay que buscar en esta "Historia ridícula" un argumento trepidante, ni tan siquiera una trama compleja. El placer empieza ya en las primeras frases, con su facilidad para describir situaciones y personajes, con su humor sutil y su capacidad para manejar el lenguaje desplegando la fuerza de la palabra. En cuanto a esta "historia", tiene una sencillez solo aparente. Como es habitual, Landero penetra lo cotidiano para explorar otros aspectos de la realidad a través de los ojos de Marcial, del que nos queda la duda de si es un personaje enajenado o clarividente.
hace 3 años