Libro con mucho ritmo y personajes que enganchan, todos ellos con una vida oculta sórdida. El autor describe los paisjaes de forma que, sin ser especialmente detallista, te aproxima al lugar de la acción como si estuvieras presenciado el relato en primera persona. Anteriormente leí De tigres y gacelas, sin saber que ésta era la precuela para entender ciertos personajes que se repiten. Me gustó también, pero me parece más entretenido y ligero Los gatos pardos. Mención especial para el personaje del Chino Mendoza, que se merece un libro aparte.
hace 2 semanas