La mañana de un 7 de julio, mientras Pamplona se prepara para su día más festivo, la narradora de esta novela se entera de que su padre ha muerto de repente. En el exterior reina el bullicio y ella acompaña a su madre en la casa familiar: debe llamar a la funeraria, elegir la ropa, organizar las exequias. Al final de la jornada, extenuada, vaciada, la protagonista comienza a rememorar la figura de su padre y la relación que mantuvo con él. Es el fin de una época y el principio de otra marcada por el duelo, pero también por el ímpetu de la vida que, a pesar de todo, se abre paso. Lo que permanece es una novela extraordinaria que habla de historias en minúscula, de las vidas corrientes de una generación de padres crecidos en la posguerra que construyeron la clase media a golpe de trabajo y se hipotecaron para que sus hijos fueran a la universidad. Una historia sobre la vulnerabilidad de los lazos que nos unen y sobre lo que permanece tras la pérdida.
Un padre que muere. Una hija que lo recuerda. Una novela extraordinaria sobre lo que permanece tras la pérdida.