Una de la novelas más sobrevaloradas de la historia. Su mayor mérito, naturalmente, es la intriga sobre si Tom Ripley será desenmascarado, o más bien, cómo se librará de una situación que parece insalvable. Finalmente, sale indemne como resultado de la alianza implícita entre la diosa Fortuna, la inusitada falta de pericia de los investigadores y una candidez insuperable de los personajes que lo rodean. El título se me antoja, además, engañoso 100%: del "talento" del protagonista no hay ni rastro, más bien todo lo contrario: torpeza, errores continuos y, sobre todo, dosis exacerbadas de paranoia. La novela muestra, además, un trato deficiente de la geografía de Europa (duración imposible de la mayoría de los trayectos), y errores claros de documentación (silla eléctrica en la Italia de 1955, por ejemplo).
hace 8 años