Sónia Guillén debuta en el thriller con un libro escalofriante y absorbente. Antes de esta novela ya había obtenido varios premios literarios, lo que refleja su talento y reconocimiento en el mundo de las letras.
Sara Pons ha sido secuestrada por un hombre que le gustaba pero al que apenas conocía. El atacante ha dejado en la escena una enigmática carta aparentemente dirigida a una doctora en física cuántica. Casi simultáneamente alguien cuelga en la dark web un mensaje desafiante acerca de Sara. Carta y mensaje están firmados por Squark. La División de Investigación Criminal de los Mossos d’Esquadra, se encarga del caso. El inspector David Estrada, fuertemente marcado por un caso muy sonado de unos años atrás, y la detective Nadia Mateo, psicóloga y criminalista, buscan la ayuda de la doctora en física cuántica, Berta Fernández, para conseguir descifrar los crípticos mensajes de Squark. Esas referencias insistentes a la física cuántica, a la paradoja del gato de Schrödinger en particular, hacen presagiar que no se trata de un secuestro sino de un posible asesinato. Acaban de entrar en un juego tenebroso en el que Squark siempre parece llevar ventaja.
Aunque la contraportada del libro revela algunos detalles adicionales, aquí hemos preferido hacer una sinopsis más somera para que el lector pueda descubrir por sí mismo los giros y los avances de la novela.
Guillén ha ideado una trama compleja para la que se apoya en unos personajes profundos y cuidadosamente construidos. A cada uno de ellos le ha inventado una vida completa, que en el texto únicamente se esboza pero que queda claro que ella conoce detalladamente. Esto permite al lector comprender perfectamente cómo llegan, psicológicamente hablando, a este momento de sus vidas, y este estado mental tendrá su relevancia a lo largo de la novela, tanto en los hechos como en las relaciones que se producen entre ellos. Hechos tormentosos de sus pasados, bagajes de unas vidas complicadas y por momentos trágicas, que explican las idiosincrasias de cada uno. Acertadamente esta labor de construcción con los personajes principales y también con los secundarios, ha logrado dotarlos de una gran credibilidad y profundidad. Esta credibilidad se incrementa gracias a un lenguaje fluido y directo y unos diálogos certeros y ágiles que contribuyen a aumentar la expectación y la intensidad de la novela, intercalando algunas críticas a la sociedad actual, como el uso de las redes sociales como escaparates del mal, el aislamiento social o la desafección. Además, aquí y allá coloca perlas de humor que alivian la tensión y permiten al lector respirar entre tanta adrenalina.
La mayor parte de los acontecimientos narrados ocurren en Barcelona y sus alrededores y la autora ha conseguido que las localizaciones lleguen a convertirse en protagonistas de la acción. Bellos y tranquilos parajes que transmutan en ambientes opresivos y angustiosos, casas y naves solitarias que evocan las maldades que se cometerán en ellas… Del mismo modo, Guillén se ha apoyado en hechos y personajes reales para inspirarse y construir un relato cargado de verosimilitud. La estructura de capítulos cortos, sin enredarse en excesivas descripciones, contribuye a mantener el ritmo trepidante.
En definitiva El principio de Incertidumbre es una propuesta fascinante, muy original, construida alrededor de la física cuántica y sus experimentos más notables, en la que criminal, víctimas y perseguidores, nos atrapan en una acción vertiginosa, que no da un respiro, que genera tanta tensión que deja sin aliento hasta el último capítulo, culminando con un final impactante. ¡Tremendo! (Inma Muñoz, 24 de abril de 2025)
hace 1 semana