Del cielo azul es el nombre de una quejumbrosa canción de la tribu de nativos americanos Chihenne (Apaches Chiricahuas, conocidos en español como Mimbreños) para honrar a los espíritus. Noel Pérez Brey lo ha escogido para dar título a su novela corta: una poderosa y evocadora reflexión sobre la guerra, la resistencia y la injusticia en el contexto de la historia mexicana de mediados del siglo XIX. Ambientada en una época convulsa, en la que se mezclan los ecos de la lucha por la independencia y la voracidad expansionista estadounidense, la obra se centra en Manuel Hidalgo, un hombre marcado por su pasado bélico en la batalla de Guanajuato y por su vida posterior en un aislado rancho mexicano.

El relato, de corte casi cinematográfico, transporta al lector a las vastas tierras polvorientas del desierto, donde no solo los enemigos humanos —indios, gringos y desertores mexicanos— acechan la vida del protagonista, sino también la dureza de la soledad, el desarraigo y el dolor de la pérdida. Manuel, cuyo amor por la difunta Consuelo lo mantiene a flote, se enfrenta a la constante amenaza de quienes buscan despojarle de su tierra. En un medio natural hostil, la resistencia de Manuel se convierte en un acto de supervivencia tanto física como emocional, sostenido por su profundo sentido del honor.

Uno de los mayores logros de la obra es su capacidad para pintar un retrato tan íntimo como brutal de su protagonista. La tensión interna de Manuel, su orgullo herido, la desesperación por la pérdida de su esposa y la continua lucha por no sucumbir ante los poderosos son presentados con gran acierto. La escritura de Pérez Brey, cuidada y ágil, nos permite penetrar en el alma del personaje y sentir sus angustias, sus pequeñas victorias y sus derrotas, como si fueran propias.

El autor construye una crítica sutil pero profunda de la injusticia, donde los poderosos abusan de los débiles incrementando su sufrimiento con crueldad innecesaria para el regocijo inmoral del vencedor. Las escenas de lucha, que bien podrían sacarse de un western clásico, adquieren un tono de inevitabilidad trágica, como si la violencia fuera una fuerza imparable que arrastra a todos en su camino.

En lo que respecta a las descripciones, Del cielo azul brilla con luz propia. Los paisajes del desierto, las montañas, el rancho o los campamentos indios, son descritos con una precisión y belleza que permiten al lector sumergirse por completo en ese mundo de polvo, sol y supervivencia.

En definitiva, Del cielo azul es una obra breve pero profunda y compacta que consigue transmitir tanto la dureza de la época como la humanidad de su protagonista. Sin caer en el exceso de dramatismo ni en la exageración, Pérez Brey logra mantener al lector cautivo, invitándole a reflexionar sobre la lucha por la justicia y la dignidad en tiempos de guerra. (Inma Muñoz, 12 de diciembre de 2025)