BAILANDO EN LA OSCURIDAD. Mi lucha 4

BAILANDO EN LA OSCURIDAD. Mi lucha 4 KNAUSGARD, KARL OVE

Resumen

«Naturalmente, esto no es una novela sino la purga de mi corazón»: las palabras no son de Karl Ove Knausgård, pero, a la luz de Mi lucha, podrían muy bien aplicársele. Y es que su serie de «novelas de no ficción» autobiográficas es tan catártica para el que la lee como lo fue para quien la escribió: es la inmitigada franqueza sin filtros del que pone su vida entera en juego la que, al vibrar en la página, reverbera más allá de ella.

Corre el tiempo, cambian las edades, los escenarios; y cuando se abre Bailando en la oscuridad, el cuarto volumen de la saga, Karl Ove Knausgård tiene dieciocho años y acaba de bajar del avión que lo ha colocado un poco más cerca de su destino. Que se llama Håfjord; Håfjord, un minúsculo pueblecito del norte de Noruega donde le espera un puesto como maestro, y la promesa de una paz que le permita entregarse a su recién descubierta vocación: la de escribir. Pero, tras un comienzo que promete, el desengaño: la ambición excede con mucho al talento. Y ser profesor no es tan fácil como parecía, y las tentaciones que ante él se despliegan tienen muchos rostros: el de las chicas, el del alcohol, el del aislamiento y la soledad; el del silencio. Cuando el narrador parece abocado a la crisis, cuando su relato se oscurece, el autor nos lleva consigo hacia atrás, hacia las raíces del ahora: y encuentra música y amor, escritura y vida; encuentra un testimonio de los deseos y sus frustraciones, de la dificultad de lidiar con lo heredado.

Karl Ove Knausgård escribe con luminosidad y energía, sin condescendencia, de un tiempo cargado de posibilidades e incertidumbres, de ambiciones y de tropiezos; un tiempo fundacional y definitorio, en el que el ímpetu colisiona a menudo con la torpeza. De esa oposición, de ese desajuste, emergen acordes inesperados, de una ligereza que no sacrifica la hondura por el camino: Bailando en la oscuridad es el episodio más grácil, raudo, bullicioso y eléctrico de la serie, cargado de una vitalidad tan intensa y abierta como la que describe.

1 Críticas de los lectores

8

Cuando empecé con La muerte de un padre no tenía ni idea de que me vería enrolada en este complejo proyecto personal del autor con tanta pasión. Desconocía la magnitud del mismo y llegué a pensar que la ambición de algo así no podría llegar a satisfacer a nadie más que a él mismo. Una vez acabado la cuarta novela tengo bastante claro que, aunque haya momentos que puedan llegar a fascinar especialmente al lector por afinidad personal, toda la obra es de una brillantez y honestidad deslumbradora. Espero ansiosa las dos últimas entregas.

hace 8 años