TIENE QUE LLOVER. Mi lucha 5

TIENE QUE LLOVER. Mi lucha 5 KNAUSGARD, KARL OVE

Resumen

De los años que captura este libro, apenas quedan unos pocos recuerdos, nos dice el autor. Y, por encima de todos, uno: el de la ignorancia, la ingenuidad, el fracaso. Y, sin embargo, en Tiene que llover un Knausgård concentrado y frontal exprime su prodigiosa capacidad evocativa para, cerrando el círculo, describir el camino por el que llegó a convertirse en el autor que conocimos con La muerte del padre, y dar vívido testimonio de los impedimentos, errores y tropiezos que contribuyeron a conformarlo.

Un camino que empieza, en 1988, donde terminaría catorce años más tarde: en Bergen, con un veinteañero Karl Ove convertido en el alumno más joven de la Academia de Escritura de la ciudad, y pletórico de un entusiasmo que no tarda en abandonarle. Y es que el precoz novelista se revela inepto en todos los frentes: el social, el amoroso, el literario. Sus textos son infantiles, están hechos de clichés, y Karl Ove combate (bebiendo, saliendo de esta, enzarzándose en peleas o coqueteando con la delincuencia) la lacerante constatación de no ser un escritor en absoluto. Pese a ello, persiste: va a la universidad, envía algunos cuentos, cosecha algunos rechazos; descubre un talento inesperado para la crítica literaria.

Y tras sus primeros romances frustrados, el amor: Tonje, con la que se casará, y junto a la que verá cómo, cuando ya casi no lo esperaba, se convierte en algo parecido al autor que siempre había anhelado ser. Hasta que la insatisfacción que también lo había perseguido siempre se imponga, dando un sonoro carpetazo a la época que se dibuja en este libro: un tiempo del que emerge completa la silueta de un hombre atormentado, contradictorio e imperfecto, cada vez más próximo a emprender el autoanálisis inmisericorde que le llevará a descubrir el alcance de su vocación, tan trabajosamente conquistada.

El mismo autoanálisis al que los lectores de todo el mundo han asistido, imantados, a lo largo de una saga de ambición infrecuente y escala titánica, que con Tiene que llover (veloz, libre, esencial, desnudo) entrega otro volumen inolvidable muy cerca de la culminación definitiva.

1 Críticas de los lectores

9

Ya no encuentro palabras para describir la genialidad de la enorme saga de Karl Ove Knausgård “Mi lucha”, cuya quinta entrega, titulada “Tiene que llover”, la leí, como leí los cuatro tomos anteriores, deslumbrado, maravillado, completamente sometido a la prosa De Karl Ove y a su ya muy larga historia. “La muerte del padre”, “Un hombre enamorado”, “la isla de la infancia”, “Bailando en la oscuridad” y ahora “Tiene que llover” forman parte de una enorme obra literaria, creada por un loco egocéntrico que creyó que la historia de su vida merecía ser contada en seis tomos que alcanzan las 4000 páginas. “Tiene que llover” continúa la historia de la juventud de Karl Ove, su lucha por convertirse en escritor, las humillaciones que recibe ante su obra, sus inseguridades sobre su valor como autor de éxito. En “Tiene que llover” Knausgård se muestra más desnudo e inseguro que nunca, viviendo su vida a base de tropezones y rutinas, inmerso en un desconcierto total y absoluto. Ya no digo más. La obra de Knausgård se sostiene por si misma, y vale la pena ser leída con el gozo con que lo he hecho yo en estos 3 años que llevo haciéndolo. Espero que nos llene pronto la última entrega.

hace 4 años