Resultan asombrosos algunos de los pensamientos que lanzó Baudrillard ya en 1985 sobre algunos aspectos de la realidad actual como la relación de los niños con los ordenadores. Es increíble cómo supo ver a tanta distancia algo que acabaría confirmándose (que lejos de ser una ventana, es un circuito cerrado que aísla del exterior). Todas sus reflexiones son dignas de tenerse en cuenta: una mente agudísima. Además, está escrito sin ninguna pedantería ni rebuscamiento. Se entiende todo perfectamente a la primera, algo muy de agradecer en este tipo de ensayos.
hace 1 mes
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