Murakami siempre es difícil, lo amas o no lo odias pero se te hace difícil "digerir" y es comprensible. Esta historia formará parte de esa ley porque es de esas que te deja cierta angustia, tristeza pero también invita a reflexionar y darle otra importancia a la vida, a la muerte de los seres queridos, la soledad, el individualismo y las relaciones paternofiliales o sentimentales. La historia en sí es conmovedora, es para leerla con una mirada neutra porque es peculiar, extraña y de esas que lees tan rápido que te deja un agujero dentro y bien hondo. Esta vez no me animaré a recomendarlo como he hecho otras veces básicamente porque sé que Murakami no es para todos los públicos, somos libres para elegir o no este bonito y enternecedor relato que te puede doler o sacar una sonrisa, quién sabe si también alguna lágrima...aún así siempre nos quedarán las ilustraciones que son interesantes hasta decir basta y muy originales.
hace 4 años