ST. MAWR
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Resumen

St. Mawr es el nombre del protagonista de esta novela, un hermoso semental galés. Con un lenguaje poético, D. H. Lawrence recrea el ideario salvaje y rebelde de la naturaleza, siempre hostil a la manipulación del ser humano. En St. Mawr, brilla la llama de la nobleza de una especie, el caballo, que, siempre al servicio del hombre, no ha olvidado las praderas mitológicas en que paciera junto a ciegos rapsodas. De ahí la tristeza y el resabio del animal ante la indignidad del género humano, que pretende castrarlo, para mejor encajarlo en el mundo del primer cuarto del siglo XX. La mirada del bruto recala en el ánimo de Lou Carrington, joven acomodada de origen norteamericano, casada con un retratista que goza de cierta reputación en un determinado círculo, porque luce en la pechera un título colonial. La refinada indagación psicológica de Lawrence ahonda en la transformación que opera en Lou la atenta contemplación del caballo. Junto con su madre, la señora Witt, Lou vivirá con lucidez un proceso de insaciable rebelión contra el oprobioso y decadente ambiente social en el que se desenvuelve. Todo, no obstante, quedará atrás sin desgarros, sin desamor siquiera, cuando ambas mujeres crucen el océano en compañía del caballo y de dos mozos de cuadra, Lewis y el indio mexicano Phoenix quien, con su parsimonia, alerta sobre la estolidez de un modo de vida que no se da cuenta de lo que se le viene encima. La fulgurante belleza de St. Mawr, identificable e inolvidable como la de Luzbel, sólo aterra al hombre y a la mujer que aun no saben de su pertenencia a un género común.