Todavía molesto, con el mal sabor que me dejó la lectura de “La vida está en otra parte” de Milan Kundera, decidí leer “Santuario”, la obra que dio a conocer a William Faulkner al gran público, publicada originalmente en 1931, tratando de dilucidar si era yo, como lector, el que no había logrado comprender la genialidad de la obra de Kundera, porque estaba influenciado por lo que los “genios” les denominan best seller, o simplemente, porque no andaba de humor para tantas honduras literarias.
Primero: Debo de reconocer que batallé para entrar a la trama de la novela de Faulkner. Al inicio existen demasiados personajes en dos escenarios desiguales: una casa donde un gánster apodado como El Popeye destila whisky ilegal y la Universidad de Oxford, ambos escenarios en el estado de Missisippi.
Segundo: cuando entendí que lo que estaba leyendo era una novela negra de altos vuelos, mezclada un poquito con un thriller judicial, todo fluyó más fácil. “Santuario” se apoderó de mi atención, de mi concentración, de mi voluntad; y gracias a la genialidad de Faulkner, los personajes adquirieron presencia, nombre y carácter.
La verdadera protagonista de la novela es Temple Drake, universitaria, guapa, rebelde, hija de un juez, que buscando un poco de diversión, llega a la destilería ilegal que comanda el Popeye, personaje siniestro y perverso, mutilado cerebral y físicamente desde su nacimiento. Como personaje, un gran antagonista de la historia.
Ahí, ocurre un asesinato, una violación un tanto extraña, y un secuestro, que termina en una especie de trata de blancas (literalmente), donde un complice del Popeye - Lee Goodwin- es acusado del asesinato. Interviene en su defensa un pusilánime abogado, Horace Benbow, que busca que Temple testifique a favor de su defendido.
La novela de Faulkner fue considerada en su época como perversa, como una alegoría del mal que mostraba las relaciones corrompidas de una sociedad sin bases morales un un universo del mal.
Cuenta la historia que el autor nunca estuvo satisfecho con “Santuario”, a pesar de que fue la novela que lo condujo a la fama. Para mi, “Santuario” es una obra maestra de la novela negra. “Santuario” es una novela que a pesar del tiempo, continúa vigente, y que me hace pensar, que a pesar de todo, no soy un lector en la búsqueda de textos fáciles.
hace 5 años
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