Por lo visto este Sharpe no tiene un minuto de descanso. Si en su aventura anterior (Los rifles de Sharpe) estaba a comienzos de 1809 intentando sobrevivir al desastre y retirada inglés en el norte de España, aquí lo tenemos inmediatamente después luchando ya en Portugal y metido en un lío con un traidor oportunista, el coronel Christopher, que es el malvado de turno en esta novela, que le complicará mucho la vida al fusilero con sus tejemanejes. Afortunadamente para variar en esta ocasión Sharpe no encuentra un nuevo amor como es su costumbre, aunque se acerca bastante porque tendrá que defender a una joven inglesa, Kate Savage, que es otra victima de los chanchullos del antes mencionado coronel. Y claro, quieras que no la chica empieza a sentir cierta atracción por el rudo pero atractivo teniente de fusileros...y aunque él también la mira con buenos ojos, porque la chica se lo merece, la cosa no pasa de ahí. Eso si, en la novela aparece cierto personaje afeminado que por lo visto conoció a Sharpe en una novela anterior, "Sharpe`s prey", (inédita en España me temo que hasta el fin de los tiempos) con el que comenta la muerte de una dama que fue el amor de turno en esa aventura. Aunque ante la noticia de su muerte Sharpe no parece llevarse un disgusto muy grande... Por otro lado, tenemos el afianzamiento de la amistad entre nuestro héroe y el bruto sargento irlandés Harper, que empezó en la novela anterior y seguirá en el resto de sus aventuras. Una novela entretenida con batallas e intrigas en la que Sharpe perderá ese preciado catalejo que le regaló el futuro duque de Wellington como agradecimiento por salvarle la vida (pues si que era generoso el tío...) al robarsélo el coronel traidor. ¿Logrará recuperar su catalejo?. Ahí dejo el misterio...Una razón más para leer "Los estragos de Sharpe".
hace 5 años