Este librito que no llega a las 90 páginas incluye dos cuentos: “Las aventuras agrícolas de un cockney”, en el que se narran las desventuras de una pareja londinense recientemente casada, que ha comprado una granja en el campo sin tener idea de ningún tipo de tarea agrícola o de cuidado de animales; y “Las aventuras de un padre de familia”, continuación de la misma historia tres años después, cuando el matrimonio acaba de tener un hijo. Narrado en primera persona por el marido, es una lectura ágil y con bastante humor, pero con aspectos que no dejan de ser muy infantiles, como la suerte de heredar grandes fortunas de manera inesperada.
Según el prólogo y la nota introductoria del primero de los cuentos, éstos fueron escritos por Virginia y su hermano Thoby cuando ella tenía alrededor de diez años, para el periódico familiar que los hermanos Stephen habían creado. Son relatos simples y sin gran trascendencia, que no me han gustado especialmente. Cierto que las dificultades por las que pasa el protagonista son divertidas y transmiten la imagen de una Virginia niña alegre y feliz que poco tiene que ver con la idea que tenemos de ella de adulta, pero los autores son niños y a ello se ajusta el texto. Las ilustraciones de esta edición son de Maite Gurrutxaga y amenizan la lectura.
Que nadie espere encontrar una obra mayor de Virginia Woolf, su lectura le resultaría decepcionante, sino simplemente dos cuentos escritos por una niña que posteriormente se convertiría en una gran escritora. Yo lo considero más una curiosidad que un gran libro.