En Historia de un piano, el protagonista no es Johannes Schulze, ni su madre Ortud. Tampoco lo es su heredero Bryan. El protagonista, el que tiene la voz de todos ellos y la transforma en música, es el 31887, un Grotrian-Steinweg muy especial que se cruzará en la vida de nuestro narrador en una calle cualquiera de Barcelona en una tienda no tan cualquiera con un dueño muy peculiar.
La historia de este piano de cola es la historia de todos sus dueños, de Europa y de varias vidas entretejidas gracias a un objeto capaz de expresar lo inexpresable y testigo de dos guerras que destrozaron a los que le tocaron.
Johannes, el primer propietario del piano, es un personaje con una personalidad delicada y compasiva al que el lector podrá sin ningún esfuerzo tomarle interés y cariño. Por el contrario, el resto de personajes que tienen relación con el piano, carecen de profundidad y pasan casi de puntillas por el argumento, dejando su presencia en el piano pero sin llegar a tener un claro papel predominante.
La narración es amena y llena de sentimiento, lo que queda bien reflejado en ciertas escenas que otorgan un gran dramatismo a ciertos momentos de las varias vidas que tiene el piano, su pasar de unas manos a otras y su causa.
A lo largo de la narración, el autor refleja los sentimientos y el discurrir de la acción a través de un lenguaje musical que claramente domina, aunque puede ser un poco difícil de seguir para un lector poco experimentado en conocimientos musicales, lo que intenta paliar con un anexo de este vocabulario y su significado.
Si el lector, al cerrar las tapas del libro, tuviera que quedarse con una única imagen, sería posiblemente el anhelo de poseer este piano tan especial y poder dejar su huella en él.
Ramón Gener nos ofrece una novela diferente, entretenida, sin profundizar en los hechos históricos y cuyo protagonista parece inmortal en un mundo repleto de mortales. (Diana Arrufat, 27 de febrero de 2025)
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