Una autobiografía tan aparentemente rigurosa que uno siente pudor al leerla y no llega a entender el porqué ha sido escrita, al menos de esta forma. La crónica roza por momentos la profanación del recuerdo -la muerte de la hermana- y adopta con demasiada frecuencia un carácter hagiográfico que no casa demasiado bien con la literatura. Como ejercicio narrativo, estilo e historia resultan convincentes, por supuesto; no tanto así determinadas reflexiones e innecesarios además ciertos documentos. En resumen, uno termina y no sabe si aplaudir la valentía o repudiar la falta de maquillaje.
hace 7 años