a pesar de su gran comienzo el cual presenta una sublime y enérgica introducción creando intriga y sumiendo al lector en la trama con esos capítulos directos y cortantes, va perdiendo el ritmo dejándose arrastrar por aspectos banales sin gracia como los momentos sexuales del prota con la novia o la afición por el surf sin mostrar pasión o emoción del prota más allá de chascarrillos recurrentes hacia el cine y series para subrayar la trama y envolver la historia.
Sin embargo, a medida que avanza la trama hacia la mitad, surge un ajedrez de mentiras, de historias familiares cruzadas que en ocasiones desemboca en la perdida orientativa del lector pero que finalmente consigue enlazar y estructurar.
Una novela llena de mentiras y secretos inconfesables como su propio autor reconoce al final....como en todas las familias, que se van desvelando a medida que Alex va descubriendo la mentira en la que se ve involucrado mientras averigua quién es el mentiroso se da cuenta de que todos los implicados, a su manera, son unos mentirosos ocultando las vicisitudes de una historia del pasado que lucha por salir a la luz.
La historia está bien contada y el hilo narrativo es impecable, muestra una calidad y elegancia literaria que va adquiriendo fuerza a medida que avanza la trama, si bien al principio no deja de ser una novela convencional.
Me gustó más El hijo Olvidado, su última novela pero sé que Mikel tiene novelas fascinantes y tengo pendiente leer una que se va a llevar a plataformas digitales en forma de serie.
Leí esta novela en Julio de 2020 por lo que han pasado cuatro años pero tengo el recuerdo del estilo inconfundible de mi querido Maestro del thriller bilbaíno y de aquella primera lectura.
hace 8 meses
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