Con este último libro se cierra una tetralogía maravillosa, un ciclo narrativo que culmina entrelazando con maestría las vidas, las historias y los enigmas que se han ido tejiendo a lo largo de sus páginas. El desenlace, pleno de respuestas y revelaciones, está escrito con una prosa tan cuidada como envolvente. A pesar de su extensión, la lectura no se hace pesada en ningún momento. Muy al contrario, el deseo de sumergirme por completo en su universo logró atraparme durante días. No es fácil mantener al lector cautivo con una sola novela; lograrlo a lo largo de cuatro entregas y más de dos mil páginas está al alcance de muy pocos. Ahí están los hechos: las cifras de ventas, las traducciones a numerosos idiomas y la consagración de su autor como una de las voces más influyentes de su tiempo. Sólo queda rendirse al placer de su lectura y recomendar, sin reservas, una de las obras más notables del siglo XX.
hace 2 semanas