Entretenido, sin duda. Sin rayar a la altura de El psicoanalista, pero mucho mejor que La historia del loco, a mi juicio un libro pésimo. No obstante, peca de un molesto planteamiento, que desgraciadamente es una constante en gran número de novelas policíacas, y que casi podríamos elevar a la categoría de Axioma. A saber: "Pase lo que pase, por mucho acoso al que se vea sometida, la víctima jamás recurrirá a la solución más simple: llamar a la policía". ¡Cuántas novelas policíacas se acabarían en 10 páginas si la víctima tuviera un poco de sentido común! ¿Por qué los novelistas siempre intentan justificar que ésa es la peor solución posible?
hace 10 años
3
-6