Lástima, acabé un tanto decepcionado después de la gran primera parte de la novela que prometía ser la mejor de la saga, según mi opinión. Aún así, y a pesar de este “bajón” final, reconozco que la lectura es adictiva y absorbente hasta la conclusión. Esta vez la acción se traslada a la Barcelona de finales del XIX, donde el autor hace gala, como en las anteriores entregas, de su excelente ambientación histórica, tanto en las descripciones del modernismo y progreso de la ciudad como en poner la lupa en cuestiones sociales. Hace hincapié tanto en las clases altas de la burguesía, la política y la vanguardia en la cultura y las artes (desfilan grandes personalidades del movimiento modernista), como sobre los temas que afectan sobre todo a las clases más pobres y desamparadas, como el radicalismo ideológico (socialismo y anarquismo), el movimiento obrero, la explotación laboral, la prostitución (en especial la infantil), las huelgas, etc. Tristante, en este sentido, ha pintado un gran cuadro histórico. En cuanto al argumento, se trata del menos detectivesco entre los tres primeros relatos, es más bien una novela de acción y aventuras. Aunque sigue teniendo sus “guiños sherlockianos” por todo el texto con frases lapidarias muy del estilo de Holmes, o con una emulación de los “irregulares de Baker Street”, chicos de la calle que empleaba, de vez en cuando, el inmortal detective. La intriga es buena desde el principio, con el clásico enigma del cuarto cerrado y con elementos que en apariencia son sobrenaturales. La historia se desarrolla “in crescendo” en interés y en expectación del desarrollo del misterio, hasta que viene la “fallida” segunda parte, un tanto disparatada. El método que emplea Víctor Ros (otra vez sacado de una de las virtudes de Sherlock) para esclarecer el caso tiene varias lacras. Primero que se alarga la narración innecesariamente y genera ninguna sorpresa como se desprende del método narrativo utilizado. Luego, posiblemente lo peor de toda esta saga, el autor vuelve a caer en la inverosimilitud de lo narrado y, por consiguiente, de los personajes, dejando un final bastante deficiente y poco aprovechado por lo acontecido en la primera parte. Pero, vuelvo a reiterar, que merece la pena seguir la lectura hasta la última página. Para concluir, vuelvo a mencionar la buena serie de televisión como hice en mis anteriores reseñas, sin embargo en los últimos capítulos ya se han distanciado mucho del argumento original del texto literario.
hace 9 años