El Monasterio de San Estevo de Ribas de Sil es uno de los lugares más antiguos de la Ribera Sacra gallega. Sus estancias fueron escenario de curaciones milagrosas y los bosques que lo rodean aún esconden secretos ancestrales. Sus muros acogieron a principios del siglo XIX al doctor Vallejo y su hija Marina. Él se convirtió en el nuevo médico del monasterio y la joven se dedicó al estudio de la botánica junto a los frailes, desatendiendo así las convenciones sociales de la época que esperaban de ella que pasara las tardes aprendiendo a bordar. El antiguo monasterio, reconvertido en Parador Nacional, es el lugar en el que se hospeda Jon Bécquer; un famoso antropólogo. Al poco de llegar se topa con una antigua leyenda que decide investigar y que le obligará a recorrer los antiguos bosques en busca de respuestas. “El bosque de los cuatro vientos”, de María Oruña, es una novela protagonizada por un detective bastante inusual. Bécquer es un antropólogo que se precia de llegar a juzgar bien a las personas gracias a sus amplios conocimientos, pero que se topa con un muro infranqueable: el peculiar carácter gallego. Su historia se intercala con la de Marina; la joven que llegó al monasterio junto a su padre. En la botica del convento se enamorará de Franquila, un joven estudiante que se ganará su corazón con su carácter misterioso, su gran inteligencia y el tesón con el que persigue sus sueños. Es el suyo un amor prohibido porque pertenecen a clases sociales diferentes, pero gracias a su pasión sincera y su gran inteligencia, conseguirán burlar las prohibiciones y encontrar el momento apropiado para hacer realidad sus sueños. Una novela en la que los muros de un antiguo monasterio guardan un secreto por desvelar y la historia de un amor prohibido
hace 4 años