Tras quedar encantado con la lectura del primer libro de Pedro Martí, La pieza invisible, he de decir que esta, su segunda obra, me ha maravillado. Sin duda es una de las mejores novelas negras que he leído este año. La trama me ha parecido genial, muy bien planificada y desarrollada de forma creíble y con un ritmo ágil. Y sus personajes son para guardarlos en la memoria, muy bien descritos, cercanos. Entre ellos destaca el personaje central, un inspector de policía torturado por sus recuerdos, pero, al tiempo, cálido y entrañable. En definitiva, una obra y un autor MUY, MUY RECOMENDABLES