Donde aúllan las colinas de Francisco Narla es una de esas maravillosas joyas literarias que se cruzan en tu camino de vez en cuando.
Cuenta la historia de un lobo que ve morir a su compañera preñada por la codicia de los hombres. Cegado por la tristeza, la rabia y la impotencia decide dar caza hasta la muerte a cada uno de los hombres que han causado la muerte a su loba de una manera atroz y hacerles pagar cada minuto que ella ha sufrido.
Los causantes de tal sufrimiento han sido legionarios romanos que se han trasladado a tierras gallegas en busca las míticas minas de oro con las que Julio César quiere someter al Senado. El lobo les perseguirá sin tregua hasta la mismísima Roma en un viaje no exento de peligros ni para él ni para los alimañeros a los que persigue.
Además de la historia de venganza, trata un tema del que quedan pocos registros históricos: la visita de Julio César a tierras gallegas. Habrá que investigar un poco porque es un tema del que apenas sabía nada.
¿Qué destacar de una novela con una trama tan maravillosamente buena? Que buena parte de la historia la narra el propio lobo. Pero no con voz ni sentimientos humanos, sino puramente como lobo. Somos testigos de cómo ventea, de cómo su pelo se eriza, de cómo presiente el peligro en sus huesos, de cómo se prepara para el ataque, de cómo sus fauces destrozan al enemigo, de cómo echa de menos a su compañera con la que ha compartido tantos años, de cómo el cansancio y el hambre hacen mella en su cuerpo… Realmente te sientes un lobo acechando a tu presa.
Una preciosa historia dedicada a uno de los animales más odiados y temidos de la historia de nuestro país. Y que le muestra como un animal que defiende a los suyos, que caza cuando tiene hambre y que sufre terriblemente cuando pierde a su compañera. ¿Realmente se diferencia tanto del ser humano?
Una vez más, Francisco vuelve a superarse a sí mismo. Para mí un libro de 10.
hace 8 años
3
-4