Esta novela corta la llamaba Zweig «Resistencia de la realidad», que se publicó póstumamente con el título actual. Casi siempre los buenos recuerdos son mejores que forzarse a revivir lo recordado, sobre todo en cuestión de amores. Este relato nos hace pensar que el paso del tiempo, no es en vano, que no somos los mismos, ni el momento, ni las circunstancias. Lo no vivido en su tiempo, es imposible reproducirlo. Una hermosa novela de Stefan Zweig, que como siempre, nunca falla.
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