Brillante novela que en su día recibió más de un varapalo exacerbado por parte de la crítica moralista. Émile Zola exploró en ella las más bajas pasiones: La desazón, el adulterio, el crimen y los remordimientos; eclosionan vivamente bajo una vena naturalista devastada de fogosas atrocidades y sanguinarias irracionalidades. Sin duda influyó y abrió el camino a otras muchas obras de parecidas características. Su turbadora lectura me ha traído a la memoria novelas bastantes posteriores como "La familia de Pascual Duarte" de Cela, "A sangre fría" de Truman Capote, o "El hijo de casa" del guatemalteco Dante Liano.
hace 8 años