Betty Smith vuelve a las desangeladas barriadas de Brooklyn de los años veinte, para hablarnos de la fragilidad del gran sueño americano.
Como éste, se torna imposible; nublando las aspiraciones de padres, madres e hijos que apenas pueden salir al paso de la mediocridad, la escasez y la pobreza.
Toca también muy bien el tema de la mujer casada en aquella época: Que por lo general, pasaba a ser ama de casa y a depender económicamente del marido; ya que estaba bastante mal visto que trabajara.
En fin, una buena novela de derrotas, choques generacionales y costumbres un tanto remotas.
Me ha gustado mucho.
Su final... un tanto duro... resulta esperanzador.