La nueva novela de David Orellana, La viuda del pintor (con subtítulo: Secretos en la villa de los últimos cuadros) combina el misterio con la aventura, el humor con el drama, para crear una novela absorbente y plagada de sorpresas que atrapará al lector irremediablemente.
Carmela es una joven indómita e irreverente que, recomendada por Joaquín, dueño de una galería de arte, empieza a trabajar como secretaria personal de Eugenia, la rica, bella y elegante viuda de un famoso pintor. La viuda posee una gran villa, Almunia del Mar (pero conocida en el lugar como Villa Bombilla por la ostentación lumínica de la que hace gala) situada en la costa mediterránea y rodeada de multitud de terrenos fértiles que los lugareños desean explotar y que serán fuente de numerosos problemas. Carmela se muda allí y, aunque debería adaptarse a los caprichosos requerimientos de Eugenia, su lengua mordaz, sarcástica y burlona, no está facilitando precisamente la relación entre ambas. Sin embargo tendrá que hacer un esfuerzo para controlar sus maneras, ya que su misión en la villa es otra, una oculta, relacionada con un don muy especial que ha hecho de su vida un infierno. Pronto se verá rodeada de misterios, porque tanto Joaquín, antiguo jefe de Carmela, como la viuda Eugenia, los empleados y los lugareños guardan multitud de secretos e intenciones ocultas que irán determinando que la trama se desarrolle tratando de descifrar todos esos enigmas a la par que intenta llevar a cabo su misión secreta.
David Orellana muestra gran capacidad para generar tensión desde el inicio de la novela y mantenerla en alto hasta que poco a poco se vayan desentrañando los misterios y desvelando los secretos de los protagonistas. Ha creado una trama compleja, de múltiples ramificaciones y personajes, pero que ha conseguido conectar perfectamente para hacer una obra redonda, original y fresca. Está escrito con una prosa vivaz, convenientemente complementada con unos diálogos agudos como cuchillos y con las perfectas descripciones de las localizaciones que serán los escenarios de la acción y que se convierten en elementos fundamentales de la historia, desde los paisajes idílicos o los bucólicos pueblecitos costeros hasta las múltiples estancias y edificaciones de la villa. Ha creado una magnífica galería de personajes, psicológicamente complejos, bien armados y creíbles que durante el tiempo de la novela tendrán una evolución emocional muy bien descrita.
Es una novela trabajada, emocionante, dramática a la par que divertida y que explora los sentimientos, los miedos, la ambición, la soledad, el sacrificio, la generosidad… todo ello con frescura e ingenio. Una lectura apasionante y muy recomendable. (Inma Muñoz, 3 de enero de 2025)
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