FELIPE EL HERMOSO: Anatomía de un crimen

FELIPE EL HERMOSO: Anatomía de un crimen BOTELLO, DAVID y RODRÍGUEZ ALBENDEA, MAY

Resumen

A Felipe el Hermoso le dieron matarile. Juana la Loca no estaba loca. Y muchísimo menos de amor. Isabel la Católica envenenó a su propio hermano. Luego dio un golpe de Estado y montó una guerra civil para legitimarse. Isabel tiene tantas posibilidades de ser bastarda como su sobrina Juana, alias la Beltraneja. No queremos engañar a nadie. Este libro puede herir sensibilidades. Si piensas que Isabel la Católica era una santa, o que ella y su marido forjaron la grandeza de España, este no es tu libro. Aquí venimos en son de guerra, a darle patadas al árbol de cartón piedra de la historia oficial. Vamos a contar esta historia a nuestra manera, para que todo el mundo la entienda. Felipe el Hermoso fue el primer rey de la dinastía de los Austria. Llegó a Castilla para reinar y se lo cargaron antes de llegar a ser rey de Aragón. A pesar de que es un tipo importante, sabemos muy poco de él. Parece que la historia oficial se ha saltado esta página. A lo mejor es que se han olvidado un poco a posta. El reinado de Felipe I es un fastidio, sobre todo si comulgas con eso de que Isabel y Fernando unieron España. Porque, vamos a ver, cuando muere Isabel, el trono de Castilla lo hereda su hija Juana. Fernando sigue vivito y coleando en su trono de Aragón. Ahí es donde nos ronda la mosca detrás de la oreja. Porque eso de que haya dos reyes distintos nos suena a que siguen existiendo dos reinos: el de Castilla para Juana y el de Aragón para Fernando. El sentido común nos dice que no: los reyes católicos no unieron España. ¿Será por eso que Felipe el Hermoso es tan molesto? Investigamos el asesinato de Felipe el Hermoso, descubrimos al asesino, desvelamos sus motivos y, de propina, nos remontamos al reinado de los reyes católicos, para entender el contexto y permitirnos el lujazo de contar lo que las series de televisión no te cuentan. Es posible que al acabar este libro no sepas a dónde vamos. Pero corres el riesgo de saber de dónde venimos. ¿Nos acompañas?