En "El equilibrio de los tiburones" seguimos la evolución de Sofía, una mujer en la treintena que narra sus vicisitudes en la vida para encontrar un equilibrio que a medida que pasan las páginas parece más lejano. Se intercalan las palabras de su padre, que le manda vídeos de sus viajes desde mares lejanos, donde estudia a los tiburones y a otros animales, con notables similitudes con lo que ella cuenta. Pero principalmente se explora el tema de la depresión y sus variantes, a través de las relaciones que Sofía ha mantenido o mantiene con personas psicológicamente inestables, su marido, sus amantes, la historia de su propia madre…
Me han gustado especialmente las anécdotas que cuenta el padre y las cartas que escribió la madre de la protagonista años ha, que también se insertan en el texto, y que ahora ella ha decidido leer, a pesar de que su contenido le afecta profundamente, y además "in crescendo". Asimismo, la ambientación en Turín me ha parecido bien lograda.
No obstante, a pesar de los aspectos interesantes que he mencionado, su prosa sencilla y una estructura muy planificada, la novela en conjunto no me ha convencido, no me ha llegado a atrapar. He terminado el libro y me ha dejado ni fu ni fa.