Como fan de lo que escribe Martin, tenía curiosidad por saber algo sobre este libro, que siempre se ha etiquetado de infantil. Y tal vez lo sea para el autor, pero sigue teniendo mucho de su poso. Para empezar tenemos a una protagonista incomprendida, alrededor de la cual hay cuchicheos y leyendas, y aunque su comportamiento pueda ser frustrante en algunos momentos, hay que tener siempre en cuenta que es una niña. Incomprendida y dejada de lado, pero una niña. A través de sus impresiones percibimos lo tirante que es la vida con su padre, lo aislada que se siente, y su fascinación con los dragones. En cuanto entra en escena el dragón de hielo sabes 2 cosas: que va a robar todo el protagonismo, y que algo malo va a suceder. Y es que desde el principio te explican que los dragones de hielos no son muy comunes pero sí son muy peligrosos. Además de que hay un enemigo que está conquistando todo lo que se le pone por delante con sus propios dragones. Pese a que la historia es cortita, te da margen a cogerle cariño al dragón y al lazo tan especial que se crea entre ambos desde que se conocen, algo que va más allá de sentirse únicos. Martin consigue crear en un cuento una atmósfera oscura, mostrar el peligro para todos conforme pasan los capítulos y darte un final acorde a la trama. Y es que puede gustar más o menos el final, pero es coherente con lo que te cuentan en todo momento, y es fiel al estilo de Martin. Una pequeña historia sobre hacer amigos donde menos lo esperas, sobre los lazos familiares y sobre creer en uno mismo aunque el mundo te haya abandonado. Colibrí.
hace 1 semana