Una lectura floja. No hay tensión ni intriga. Los inspectores protagonistas son personajes difusos, se dan pinceladas de sus vidas, pero no de su carácter. Y esos fragmentos me parecen metidos con calzador. Su investigación parece que va "a salto de mata": este es el culpable; no, ahora es este otro. Y así, hasta el final del libro. No veo un desarrollo de deducciones basado en las pruebas que lleve al lector a decantarse por uno u otro culpable (lo que algunos autores utilizan para jugar al despiste y hace más emocionante la lectura). Parece que el culpable lo es porque al inspector jefe le cae mal. Un libro decepcionante.
hace 9 años