Tras la revuelta campesina que dio lugar a los denominados “Sucesos de Casas Viejas” en 1933, el aragonés Ramón J. Sender decidió desplazarse en coche a los pocos días para dar lugar a una crónica de forma aún por determinar. Cuando se habla de literatura erróneamente se suele asociar a la ficción, si bien en sentido amplio esa palabra habla del conjunto de escritos sobre una determinada materia. En ese caso, “Viaje a la aldea del crimen” pasa a formar parte de la literatura que conforman las crónicas de hechos históricos. Bajo una sucesión de episodios muy cortos que van desde su viaje al sur hasta su vuelta a Madrid, el autor de “Crónica del alba” ofrece una serie de estampas de cada uno de los protagonistas de los hechos que hicieron caer a Manuel Azaña. Cambiando de la forma de relato al reportaje periodístico sin olvidar los elementos propios de los libros de viajes, “Viaje a la aldea del crimen” se erige como un mosaico –valga la expresión tópica, pero en este caso es la más procedente- de los personajes que protagonizaron esos días y los hechos que los jalonaron. www.antoniocanogomez.wordpress.com
hace 5 días