En "Nunca estuvimos allí", Gema Quintial teje una historia que se siente como un puzzle cuidadosamente ensamblado. La novela nos lleva a Comillas, un lugar que parece sacado de un sueño con sus paisajes idílicos y su aire misterioso. La protagonista, Olivia Llanos, regresa a su hogar, pero pronto se encuentra atrapada en una red de secretos que la lleva a cuestionar todo lo que creía saber sobre su pasado. Desde el comienzo, la narrativa te envuelve con una atmósfera cargada de nostalgia y tensión. La desaparición de Emma Berger no es solo un catalizador para la trama, sino un espejo que refleja las complejidades y los oscuros rincones de la vida en una pequeña comunidad. Quintial logra mantener al lector al borde del asiento, con giros inesperados que desentrañan lentamente la verdad oculta. Los personajes están diseñados con gran detalle, cada uno aportando capas de profundidad a la historia. Olivia es una protagonista fuerte y vulnerable al mismo tiempo, cuyas decisiones y recuerdos guían al lector a través del laberinto emocional de la novela. Los personajes secundarios, cada uno con sus propios secretos y ambiciones, enriquecen la trama y añaden dinamismo a la narrativa. La prosa de Quintial es elegante y cautivadora, logrando pintar un cuadro vívido de Comillas y sus habitantes.
hace 2 semanas