De la mano del diplomático y político español tenemos el raro privilegio de entrar en el Despacho Oval de la Casa Blanca, recorrer los vericuetos de la mansión presidencial, pasar un fin de semana en Camp David, acercarnos al rancho de George Bush en Crawford, Texas, seguir a los Reyes de España en un periplo por los estados hispanos de los Estados Unidos, acompañar a José María Aznar en sus visitas y entrevistas norteamericanas, conocer a los Clinton, a los Bush, a Colin Powell, a Condoleezza Rice, a Donald Rumsfeld, a Dick Cheney, a Madeleine Albright y a tantos y tantos otros, americanos y españoles, que en el proscenio o en las bambalinas forman el rico tapiz con que se tejió la mejor relación que nunca existió entre Madrid y Washington.