Piratas, huracanes y mucho más... todo lo relacionado al mar y la guerra que se puede imaginar. El ritmo de la novela empieza, se podría decir acelerado y es de esperarse, pues esta es una historia corta y de aventuras, por la misma razón - si es que eres alguien que se inclina por este genero de novelas - te mantendrá atento, expectante de lo que ocurra con el invencible Tigre de Malasia. En la forma en la que leo la historia puedo comprender que Emilio Salgari ha hecho el fiel reflejo de un hombre valiente pero a la misma vez imprudente, la personalidad de Sandokán representa de pies a cabeza el orgullo que puede llega a sentir cualquier persona, la repugnancia hacia alguien de diferente raza, el rencor, la sed de venganza que se necesita saciar en contra de nuestros agresores, el propio orgullo que no nos permite ir a la zaga ante la gente, tratando de mostrar nuestra valentía, pero muchas veces mostrando más nuestra imprudencia. Sin embargo, también se asoma el sentimiento que mueve a una persona a cometer proezas y acciones prodigiosas, se habla del enamoramiento; sobre como el férreo corazón del temible tigre de Malasia se ablanda, sobre como la perla de Labuan infunde un sentimiento sobre él que no había sentido antes. Además de su amigo del alma: Yáñez, quien lo ve más como un hermano, alguien que lo escucha y que se deja aconsejar, para no cometer más errores. Entonces nos damos cuenta del por qué este libro es un clásico, pues tiene un contenido de valores variados, en el que se presenta la amistad, el amor, la valentía y la bondad; y por otro lado, nos ayuda a ver los errores ajenos, los riesgos que nos acechan si no dejamos de lado a nuestra mente obstinada o si nos dejamos llevar por nuestros impulsos.
hace 3 años
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