Esta es una novela perteneciente al género de intriga, o utilizando el argot fílmico, al thriller, aunque también entrevera el drama. Al principio la intriga transita por un camino que más adelante se trifurca (sí, leéis bien, trifurca) sin que sepamos cuál es el correcto, lo cual es entretenido y mérito de la capacidad inventora de Luca de Tena, quien teje magistralmente una red de sospechosos y víctimas. En cuanto al aspecto dramático que integra la novela, vemos como la prota vive unas situaciones en las que parece que todo lo que le ocurre es malo y nade contracorriente, aunque gracias a su don de gentes y simpatía bregue con las desdichas de un modo más llevadero. Además, la novela plasma las a veces crueles coincidencias que nos depara la vida, que cuando nos ocurren nos imaginamos que algo extracorpóreo, inefable e inasible, conspira contra nosotros, llámese espíritu, dios, karma o vagamente mala suerte. El destino es a veces caprichoso y no creo que me equivoque al afirmar que todos nos hemos sentido identificados alguna vez con esta frase.
En cuanto a la forma, no se aprecian excesos pedantes de cultismos o un lenguaje altisonante, Luca de Tena apuesta por un estilo sencillo tanto en el lenguaje como en la forma de narrar: 3ª persona y narrador omnisciente. También, la novela alcanza un grato equilibrio entre el diálogo y la narración.
En suma, esta popular novela sería redonda si no le faltase más comicidad por momentos y no se retorciese tanto la historia acerca de una misma cuestión, sobre todo en su desenlace.
hace 5 años
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