“Los ojos cerrados” está ambientado en Pueblo Chico, un pueblo en una sierra con pocos habitantes, y cada vez mayores, que nos recuerda la despoblación del mundo rural. Ariadna y Eloy se han mudado allí hace poco, con la idea de dar una última oportunidad a su relación, aunque a medida que pasan las páginas descubrimos que los motivos de Ariadna son más profundos de lo que parece.
Se trata de una novela coral con varias voces, la más destacada es la de Pedro, un anciano un poco ausente en el presente, pero con el que regresamos a una infancia que lo marcó intensamente, mientras se nos va mostrando la historia del pueblo. En capítulos cortos se entrelazan pasado y presente y se plasman historias de la Guerra Civil y la posguerra llenas de secretos, violencia, silencios, y también generosidad.
Magnífica novela, dura y entrañable a la vez, que con apenas 200 páginas nos habla de un pasado traumático cuyas consecuencias llegan hasta nuestros días y de esos ojos que se cierran ante la represión e injusticia. Edurne Portela recupera esa memoria, ficticia pero que bien podría ser la de cualquier pueblo español, con un estilo narrativo que me ha gustado mucho.