Laura es una joven de 14 años desparecida en un centro comercial de Madrid y encontrada muerta días después. Pablo es un publicista que recibe una oferta laboral que no puede rechazar. El libro cuenta cómo dos personas que a priori no comparten nada, comparten realmente tantas cosas. Había leído muy buenas críticas de este libro y me apetecía mucho leerlo, pero ha sido una decepción tremenda. Tengo la sensación de que la primera mitad del libro no cuenta nada y, cuando llegas a lo “interesante”, ya estás desconectado de la trama. Es raro, con descripciones eternas y bastante previsible.

Muy malo y muy repetitivo en las ideas y en el recurso de los sueños, además la historia es tan inmadura e infantil que resulta poco creíble y la trama se apoya en asociaciones totalmente absurdas, aunque lo peor es que es de los libros con más páginas que sobran que he leído. Ni intriga ni misterio ni interés. Un autor que no creo que repita.

Creo que la historia en sí no es mala, pero creo que está algo deficientemente ejecutada. Antes de la mitad del libro ya sabía el final, y cuando leí el final no me gustó no haberme equivocado. Para mí es uno de esos libros que los ves venir y eso me desencanta.

Impactante y brutal, no da lugar a divagar con páginas de relleno. Entras directo en la historia y no sales ileso. Se me aceleraban las pulsaciones y tenía que parar la lectura para poner en orden los pensamientos y relajarme. Demasiado "gore" para lo que estoy acostumbrada, pero tampoco se regodea en los detalles. La he devorado (y nunca mejor dicho). Por otra parte, si se quiere disfrutar del libro, mejor dejar al margen ciertos aspectos como la idiotez palpable del protagonista y ciertos paralelismos con "La red púrpura"y la trilogía del Baztán.