Cualquier libro de Vollmann requiere estirar antes de leer. Son libros enormes, no diría que densos, pero sí muy rellenos de información y buena prosa. Este es una novela sobre los bajos fondos de San Francisco, con su habitual atención al detalle, su crudeza y toda la erudición que le caracteriza. Como suele hacer, dentro de la gran extensión de la novela, incluye una serie de "insertos" o divagaciones laterales, como un comentario sobre la opinión de los editores sobre la propia novela, un ensayo sobre las fianzas penitenciarias en EEUU y varias reflexiones propias sobre la trama, la sociedad, etc., todo ello entrelazado con la narración, lo que deja patente la exhaustiva documentación del autor y su originalidad. También incluye historias paralelas de personajes de la trama principal, que podrían ser novelas por sí mismas, metidas también dentro del enorme flujo del libro. Tiene más de mil páginas, y si se suele decir que a todos los libros (de una dimensión "normal") le sobran 100 páginas, puede que a este proporcionalmente le sobren también, sobre todo en la parte final. Aun así, no se me ha hecho especialmente larga, expecto quizás el último tercio. Cuesta empezar, pero es difícil dejarlo después. Vollmann hipnotiza cuando se pone al nivel del resto de los mortales (lo cual no siempre pasa)
hace 3 meses