En la historia de la humanidad pocos protagonistas, después de Jesucristo, han merecido tanta reverencia como Gandhi. Sobre él se han vertido los más generosos calificativos que apuntan en su gran mayoría a elevarlo hacia altas cumbres de la santidad. Su vida es un testimonio ejemplarizante al que los diferentes credos y religiones vuelven los ojos para encontrar una clara referencia de las virtudes humanas.