Mira Wentworth sabe que Will Hawley es sinónimo de problemas, porque tontear con el nuevo piloto de la escudería que dirige su padre es una mala decisión, sobre todo cuando todavía se está redimiendo de la última y acaba de conseguir su puesto como asistente de prensa.
Después de casi echar por la borda su carrera como piloto, Will ha vuelto a conseguir un asiento y está decidido a hacerse con el podio. Sin embargo, sus buenos propósitos colisionan de lleno con todo lo que Mira despierta en él desde el momento en el que sus miradas se cruzan.