Este volumen se estructura en seis partes, las cuales, a su vez, podrían ser la expresión de seis voces, de ese afán de profundizar hasta llegar a los tres poemas finales en los que la música, la figura de Cervantes y el pensamiento existencial enriquecen especialmente el texto. De tal manera que, en este libro de madurez plena, Colinas lleva hasta su último extremo cuanto había deseado para el poema: que «en él se sintiese y se pensase en igual medida y radicalmente», alcanzando así una reflexión humanista en los límites del conocimiento trascendente y del sentido de infinitud.